Introduccion
No sé muy bien cómo empezar esta segunda entrada.
Supongo que, si estás aquí, debería decirte quién soy.
Y también supongo que debe haber un “comienzo”, ¿cierto?
Entonces aquí va:
Nací un día de invierno.
La Navidad ya había pasado (Santa no dejó nada, por cierto),
y el Año Nuevo estaba por llegar.
Sí, nací el último día del último mes del año.
Nada especialmente grato… o quizá muy simbólico.
A veces pienso que nací justo en el borde de algo.
Me gusta la soledad…
pero no sé lidiar del todo bien con ella.
La valoro cuando hay música de fondo, cuando el mundo se calla y sólo quedo yo.
En esos momentos, me gusta desaparecer un poco.
Mirar hacia adentro.
Poner pausa a todo.
Pero cuando la soledad ya no es elección sino permanencia,
se vuelve pesada.
Incómoda.
Como un silencio que empieza a gritar.
La soledad, para mí, es un escondite.
Entro, respiro, pienso…
y después quiero salir corriendo.
Escribo desde ahí.
Desde esa tensión entre estar y no estar.
Entre querer decirlo todo y no decir nada.
Entre lo que imagino y lo que recuerdo.
No soy alguien que sepa mucho de certezas.
Pero escribo para no olvidar quién fui en ciertos momentos.
Y porque, en el fondo, tengo la esperanza de que alguien —como tú—
también se haya sentido así alguna vez.
Comentarios
Es una pena que mi experiencia en la vida no alcance mas que para darte este consejo. Para todo lo demas deberas seguir buscando. ;)
Gracias por la visita y por apuntarte en las actualizaciones de mi blog. Hago lo propio con los tuyos =)
Gracias por tu experiencia, ahora si lo piensas sirvio de algo. Compartirla y asi mostrar una realidad que muy vagamente conocia.