Despedida

Soltó en llanto al ver que aquella mirada pícara —la misma que la enamoró años atrás— ahora se había tornado en despedida. ¿Cómo no quebrarse, después de tanto tiempo amando a alguien? Después de compartir la vida, de saberse acompañada en cada paso, de mirar siempre esos ojos que ahora, de pronto, se volvían ajenos.

¿A dónde se iba? Jamás pensó que ese día llegaría. Pero llegó. Lo supo sin palabras, solo con la forma en que él la miró por última vez.

No hará preguntas. Ya no. Solo lo mirará una vez más, con detenimiento, con esa mezcla de nostalgia y anhelo que se cuela por los ojos cuando el corazón sabe que algo termina. Esperará, en silencio, que él la mire como solía hacerlo… aunque en el fondo sepa que no lo hará. Aun así, la esperanza no muere. No del todo.

Por eso la guardará, intacta, en el rincón más profundo de su corazón… esperando lo que ya no vendrá.

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