-Lo bueno es que te das cuenta que tienes corazón y sabes querer, y si sabes querer debes saber el dolor y la alegría que esto implica-
¡Qué demonios!
¡Y qué demonios! El silencio no dice nada. Jamás lo ha hecho. Jamás lo hará. Por eso se llama silencio. Y, aun así… en el silencio, yo escucho voces. Veo cosas que no debería ver. Escucho lo que nadie dice. Siento lo que no está. ¿Qué es lo que oigo en mi cabeza? ¿Qué son todas estas voces? ¿Por qué no se callan? ¿Se callarán algún día? No lo sé. Solo sé que ahora quisiera estar solo. De verdad solo. Pero no para huir, sino para reflexionar sobre lo que fue. Sobre lo que ya no es. Sobre lo que tal vez… jamás volverá a ser. El futuro da miedo. Y cada paso pesa más. Darlo solo, y además, dar pasos en esta oscuridad… duele. No veo. No sé hacia dónde voy. Y sin embargo, camino. Camino. Y camino. No porque sepa a dónde, sino porque sé que si me detengo, no llegaré a ningún lado. Así que muevo mis pies. Uno a uno. Paso a paso. Pero sigo sin saber hacia dónde. Y está oscuro. Y hay tanto silencio. Un silencio lleno de voces. Un silencio lleno de g...
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