Llegará (La Espera)
Todos los dias al irse a la cama, justo antes de quedarse profunda y perdidamente dormido, mira la ventana, la cual queda justo nfrente de él, observa como es que el cielo es devorado por la oscuridad y mirando las estrellas recita: -Mañana encontrarè el amor- Bien dicho eso, cae dormido y se pierde en aquel maravilloso mundo de los sueños, aquel lugar donde recrea sus historias y sus anhelos, todos ellos referido al amor por supesto; en todos ellos sueña con ella, sin saber exactamente cómo, ni quién es. Cada noche lo mismo, religiosamente la sueña esperando que, finalemnte, un dia, al amanecer ella este a su lado (claro que eso nunca sucede).
Él la espera en el autobus (¿serà acaso quien a su lado viaja?), en la calle (¿que tal la chica con la que acaba de tropezar?, o aquella chica de blusa morada), en el camino a la oficina (¿la chica del auto contiguo le guiño el ojo?), en la oficina misma (¿será la secretaria?, ¿acaso la jefa? o ¿la chica nueva?), sin embargo siempre es lo mismo; el dìa termina y el trayecto de regreso a casa termian siendo solitario. Ella no aparece nunca.
-Ya se le hio muy tarde- repite entre sueños
-¿Cuàndo llegarà?- Y èl despierta, la vida ya se fue, ella jamàs llegò. Sin embargo, él, un joven optimista de 85 años aun no pierde la esperanza y continua esperando anciosamente a que llegue. Por supuesto ella no llega y él sentado en su porche, mese su silla hacia delante y hacia atràs y repite varias veces para si que ella vendrà. Mira al cielo como lo hacìa antes de dormir y cae en un profudo sueño, tan profundo que ya no despierta jamàs...
Y ella... ella jamàs apareciò
Él la espera en el autobus (¿serà acaso quien a su lado viaja?), en la calle (¿que tal la chica con la que acaba de tropezar?, o aquella chica de blusa morada), en el camino a la oficina (¿la chica del auto contiguo le guiño el ojo?), en la oficina misma (¿será la secretaria?, ¿acaso la jefa? o ¿la chica nueva?), sin embargo siempre es lo mismo; el dìa termina y el trayecto de regreso a casa termian siendo solitario. Ella no aparece nunca.
-Ya se le hio muy tarde- repite entre sueños
-¿Cuàndo llegarà?- Y èl despierta, la vida ya se fue, ella jamàs llegò. Sin embargo, él, un joven optimista de 85 años aun no pierde la esperanza y continua esperando anciosamente a que llegue. Por supuesto ella no llega y él sentado en su porche, mese su silla hacia delante y hacia atràs y repite varias veces para si que ella vendrà. Mira al cielo como lo hacìa antes de dormir y cae en un profudo sueño, tan profundo que ya no despierta jamàs...
Y ella... ella jamàs apareciò
Comentarios
la espera termina siendo cruel y pierde uno la noción del tiempo
tengo miedo
...
e sigo leyendo
eres muy bueno!