ADIOS
-¡NO!-
Fue lo único que atino a decir
Así de simple y sencillo
Dijo no
Que lo que pasó, pasó
Y allá se quedo
Nunca iría más allá
¿Que si fue feliz?
Fue feliz -no cabe duda-, pero esa felicidad no debe ni puede perdurar.
Ni siquiera debe existir la más remota prueba de ello,
pareciera que fue un sueño y no más que eso
un maravilloso y profundo sueño en que, extrañamente, nada paso.
No hubo candor ni la expresión del amor,
solo dos almas unidas por sus manos
Nada más que eso.
Y aun así, puedo decir que solo eso basto
Juntar las manos y viajar a lugares extraños
Es por eso que nunca preguntó el por qué
Ese “no” le bastó.
No pidió mayor explicación (honestamente no la necesitaba)
-no- lo repite muchas veces para sí.
Y sonrie, solo eso, sonrie cada que revive el momento
Ella frente a él, sentados los dos, el mundo y el tiempo corriendo
y aquellos, ajenos, sentados perdidos en el momento, platicando en silencio, hablando sin palabras, disfrutando su tiempo que nunca volverá.
Ella da las gracias, (ya se despedía).
Platican un poco más sin decirse nada,
finalmente cuando la plática se agotó y no quedo más que el silencio y el mundo alrededor ella pronunció aquel maravilloso no.
Nada cambio…
Él se acercó a su oído y le agradeció de la misma forma en que ella lo hizo.
Se tomaron de las manos por última vez.
El viaje terminó y ella y él
Dijeron adiós.
Fue lo único que atino a decir
Así de simple y sencillo
Dijo no
Que lo que pasó, pasó
Y allá se quedo
Nunca iría más allá
¿Que si fue feliz?
Fue feliz -no cabe duda-, pero esa felicidad no debe ni puede perdurar.
Ni siquiera debe existir la más remota prueba de ello,
pareciera que fue un sueño y no más que eso
un maravilloso y profundo sueño en que, extrañamente, nada paso.
No hubo candor ni la expresión del amor,
solo dos almas unidas por sus manos
Nada más que eso.
Y aun así, puedo decir que solo eso basto
Juntar las manos y viajar a lugares extraños
Es por eso que nunca preguntó el por qué
Ese “no” le bastó.
No pidió mayor explicación (honestamente no la necesitaba)
-no- lo repite muchas veces para sí.
Y sonrie, solo eso, sonrie cada que revive el momento
Ella frente a él, sentados los dos, el mundo y el tiempo corriendo
y aquellos, ajenos, sentados perdidos en el momento, platicando en silencio, hablando sin palabras, disfrutando su tiempo que nunca volverá.
Ella da las gracias, (ya se despedía).
Platican un poco más sin decirse nada,
finalmente cuando la plática se agotó y no quedo más que el silencio y el mundo alrededor ella pronunció aquel maravilloso no.
Nada cambio…
Él se acercó a su oído y le agradeció de la misma forma en que ella lo hizo.
Se tomaron de las manos por última vez.
El viaje terminó y ella y él
Dijeron adiós.
Comentarios
fue un adios y una partida tan maravillosa :)
Saludos.
Saludos!