El ascensor (Tris)
Ésta tarde al entrar al ascensor justo antes de que la puerta se cerrara, ella entró -buenas tardes- saludó, él respondió el saludo con una sonrisa, y cuando el ascensor comenzó a descender el presionó el botón amarillo botón que detenía el ascensor, se miraron a los ojos y comenzaron a besarse apasionadamente...
-¿No vas a presionar el botón?- pregunta ella desconcertada
-Ah, si perdón, es que estaba pensando en unas cosas del trabajo, lo siento- dijo apenado.
Bien dicho esto los dos presionaron el mismo botón, cruzándose así sus dedos.
-Perdón- dijo ella tímidamente, quitando la mano
-No, no hay cuidado- respondió con una sonrisa un tanto retraída.
Ahora el ascensor descendía hacia la planta baja, entre tanto, él se dedicaba a observarla con detenimiento. Ella vestía un hermoso vestido azul y traía el cabello recogido como muy pocas veces lo hacía, pero cuando lo lleva así, como en esta ocasión, se veía de lo más hermosa.
-Oye, disculpa, no sé qué tan seguido te digan esto o si por el simple hecho de que te lo diga me consideres un loco, pero… (Por un momento casi no lo decía, sentía como la sangre le recorría todo el cuerpo y sus manos estaban empapadas en vergüenza y temor por la respuesta que pudiera obtener) ¿Te gustaría salir conmigo?
-Eh… este… pues me tomas por sorpresa…
-Si yo sé.
-Pero es que...
Fue entonces que el ascensor dio señal de que estaban en el piso requerido y la puerta del ascensor se abrió. Los dos salieron y se dirigieron hacia la puerta, una vez ahí ella se detuvo en la acera, miro hacia la avenida principal y le hizo la parada a un taxi. Fuen entonces que, se volteó, miro los hacia los ojos de él y dijo:
-María.
-¿Perdón?
-Mi nombre es María, y sí, la respuesta es sí, mañana te espero a las seis en el café que está justo frente a la catedral.
Fue entonces que ella abordo el taxi y se marchó. Él, incrédulo de lo que acababa de suceder, solo alcanzo esbozar su alegría mientras pequeñas gotas de agua comenzaban a caer del cielo.
-¿No vas a presionar el botón?- pregunta ella desconcertada
-Ah, si perdón, es que estaba pensando en unas cosas del trabajo, lo siento- dijo apenado.
Bien dicho esto los dos presionaron el mismo botón, cruzándose así sus dedos.
-Perdón- dijo ella tímidamente, quitando la mano
-No, no hay cuidado- respondió con una sonrisa un tanto retraída.
Ahora el ascensor descendía hacia la planta baja, entre tanto, él se dedicaba a observarla con detenimiento. Ella vestía un hermoso vestido azul y traía el cabello recogido como muy pocas veces lo hacía, pero cuando lo lleva así, como en esta ocasión, se veía de lo más hermosa.
-Oye, disculpa, no sé qué tan seguido te digan esto o si por el simple hecho de que te lo diga me consideres un loco, pero… (Por un momento casi no lo decía, sentía como la sangre le recorría todo el cuerpo y sus manos estaban empapadas en vergüenza y temor por la respuesta que pudiera obtener) ¿Te gustaría salir conmigo?
-Eh… este… pues me tomas por sorpresa…
-Si yo sé.
-Pero es que...
Fue entonces que el ascensor dio señal de que estaban en el piso requerido y la puerta del ascensor se abrió. Los dos salieron y se dirigieron hacia la puerta, una vez ahí ella se detuvo en la acera, miro hacia la avenida principal y le hizo la parada a un taxi. Fuen entonces que, se volteó, miro los hacia los ojos de él y dijo:
-María.
-¿Perdón?
-Mi nombre es María, y sí, la respuesta es sí, mañana te espero a las seis en el café que está justo frente a la catedral.
Fue entonces que ella abordo el taxi y se marchó. Él, incrédulo de lo que acababa de suceder, solo alcanzo esbozar su alegría mientras pequeñas gotas de agua comenzaban a caer del cielo.
Comentarios
=)
No le fue tan mal, eso es agradable, algo bueno de la vida de vez en cuando
saludos!
sigue siendo hermoso...
Por un momento me gustó mantener el misterio de lo que sucedería entre ellos, pero ahora que lo mencionas no esta nada mal...
cuidate
un saludo!!
te leo
(puta, qué similar)
Sigue así