Y esa noche, al abrazarla. Poco había cambiado, ¡casi nada! excepto que en esa noche, al acercarse y tomarla; ningún sentimiento se produjo, al contrario una duda surgió producto de ese abrazo -¿¡Qué hago aquí!?- se preguntó con sus brazos rodeándola. Al apoyar su cabeza en sus hombros la duda lo abordó, -¿sería ella la verdadera? ¿acaso así (con ella), quiero estar?- continuaba cavilando con sus brazos bien atados a ella. Y ese abrazo duró bastantes preguntas como para preocuparle. Suficientes como para hacerlo alejarse de ella e inventar una serie de incoherencias con tal de poder alejarse de ese momento y de sus miedos. Corrió, subió al auto, lo puso en marcha y ahí se quedó. Impávido. Inerte con las manos al volante y viendo al frente, perdido en sus propias ideas se alejaba poco a poco a través de sus miedos y de sus demonios.
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Mostrando entradas de octubre, 2011
Bruno.
De esas ocasiones en que sin querer uno comienza a pensar. Bruno estaba en esa situación en que al escuchar a su novia decir una trivialidad, se puso a pensar en el pasado, no en el suyo sino en el de ella. Cavilar sobre los anteriores romances, esas palabras de amor dadas; las promesas y sueños. El tiempo que pasaron juntos y su fatídico desenlace. Todo eso era intrascendente y aun así no paraba de meditar al respecto, se sentía ajeno. Un invasor de ese cuerpo que no era suyo, un ladrón de esos besos, raptor de su mirada y captor de sus caricias. Toda ella era otra, no la sentía suya; él sólo la había arrebatado. La hizo suya en un momento y ahora está aterrado. No sabe qué hacer por la simple y sencilla razón de que no hay nada por hacer, porque el pasado es historia y el presente es este instante en que se encuentra escribiendo ésta crónica... Bruno tiene miedo, está aterrado. Hacía mucho no se sentía así. Bruno se siente ajeno por el miedo, por inseguro y ...
Y de Pronto Anochece de Juan Luis Panero
Vivir es ver morir, envejecer es eso, empalagoso, terco olor de muerte, mientras repites, inútilmente, unas palabras, cáscaras secas, cristal quebrado. Ver morir a los otros, a aquellos, pocos. que de verdad quisiste, derrumbados, deshechos, como el final de este cigarrillo, rostros y gestos, imágenes quemadas. arrugado papel. Y verte morir a ti también, removiendo frías cenizas, borrados perfiles, disformes sueños, turbia memoria. Vivir es ver morir y es frágil la materia y todo se sabía y no había engaño, pero carne y sangre, misterioso fluir, quieren perseverar, afirmar lo imposible. Copa vacía, tembloroso pulso, cenicero sucio, en la luz nublada del atardecer. Vivir es ver morir, nada se aprende, todo es un despiadado sentimiento, años, palabras, pieles, desgarrada ternura, calor helado de la muerte. Vivir es ver morir, nada nos protege, nada tuvo su ayer, nada su mañana, y de pronto anochece. “Antes de que llegue la noche” 1985