Esperar

 Esperar…

como quien guarda un suspiro
antes de saltar al vacío.

Esperar,
y gritarle al cielo con el alma rota:
¡déjame ser!
¡permite que ocurra eso
que por dentro tanto deseo!

Porque hay cosas que no se dicen,
pero que arden.
Hay anhelos que no se nombran,
pero que gritan.

Y tú, parado ahí,
con el corazón en puño
y la mirada clavada en el cielo,
esperas que el universo escuche…
y por fin,
te diga que sí.

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